Una vez tomada la decisión, decidimos conjuntamente la planificación de las intervenciones,
ya que una implantación se realiza en diferentes pasos.
En la primera gran intervención bajo anestesia local se implantaron 5 implantes
en sola sentada en la mandíbula inferior y un tratamiento paradontal quirúrgico
en mis dientes con levantamiento de hueso. Estuve mucho tiempo, pero todo en
una sola vez. En la segunda intervención se me implantaron cinco en la parte
derecha y dos semanas más tarde otros cinco e la parte izquierda.
Mientras tiempo de espera hasta que los implantes hubiesen integrado, se me proviso
de un provisional temporal. Estaba claro que el morder no iba a ser fácil y perdí
algunos kilos – de eso se alegro mi internista. Una vez se integraron los implantes
y las raíces falsas podían ser utilizadas para realizar el trabajo, me puse muy
contento.
También me alegre, de que el Dr. Bartels mantuviese mi grupo anterior inferior
intacto. Ya que padecía de paradontitis y el hueso inferior comenzaba a estar
atacado y amenazaba de perdida de piezas. Gracias al tratamiento paradontal y
el levantamiento de hueso se pudo parar el proceso y volver a fijar los dientes
otra vez en la mandíbula. Durante todo el proceso había una cosa muy importante:
la total confianza hacia el odontólogo.
Una cosa tengo que decir, que la decisión de dejarme implantar, no me da remordimientos.
Al contrario, me dejaría implantar en cualquier momento otra vez.
Es una sensación indescriptible de tener otra vez dientes fijos. A parte de la
estética. Y para mantener mis implantes y mis propios tienes el más tiempo posible,
me dejo realizar cada dos meses una limpieza dental por profesionales.
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