La “culpa” la tiene mi hermana, que lleve ahora implantes.
Ella lleva ya tiempo preocupándose de este tema y se dejo implantar .
Yo llevaba durante muchos tiempo una prótesis parcial en la parte superior que pasa por el paladar y fijada a los dientes con ganchos. Cuando comenzaron a moverse mis propios dientes a causa de la parodontitis y amenazaban a caerse, tuve que tomar una solución. Convencida por mi hermana, cogí una cita con el Dr.Bartels. Este me comento mis opciones: Una completa superior fijada por un paladar o prótesis implanto soportada. A llevar durante años un soporte metálico en boca y ahora tener que ser un paladar completo me horrorizaba la idea.
Aunque tuve dudas con respecto a implantes, me deje informar al respecto del Dr. Bartels. Una ves hubo medido mi hueso mandibular, confirmo que las expectativas de mi hueso eran buenas para implantar. La otra parte de convencimiento la realizo mi hermana.

El Dr. Bartels me dio varias opciones y yo me decidí por “ cuatro implantes con prótesis removible.. La primera intervención fue la implantación de las raíces artificiales de titanio. Bajo una anestesia suave se realizo el proceso sin molestias, desagradable eran para mí los ruidos. También me median en diferentes ocasiones la presión sanguínea, ya que tengo la tensión alta y el Dr. Bartels no quiso correr ningún riesgo. Tengo que decir que durante la intervención me sentí bien y bien tratada.

Durante la fase de curación me colocaron provisionales y cinco meses más tarde obtuve mi prótesis definitiva.

Pero no había terminado todo. Tres años mas tarde se me hizo notar mi mandíbula inferior. Esta vez no dude. Lo tuve muy claro, que quería un tratamiento implantológico, ya que ya sabia como iba. En dos pequeñas intervenciones se me colocaron en la parte izquierda y derecha las raíces de titanio.

Con coronas y puentes se abastecieron mi mandíbula inferior. Lo único que me da rabia, es que en mi mandíbula superior me decidiese por una prótesis removible en vez de algo fijo. Pero eso hubiese significado tener que en vez de cuatro raíces artificiales hubiesen sido ocho y como principiante en la Implantología era para mí demasiado.