Ya después de 2 semanas se pudo tratar la mandíbula inferior y tratada con nueve
implantes. Con mi dentadura provisional y las indicaciones
de las comidas trituradas me fui de la clínica. Aproximadamente
cuatro meses después de la operación en la mandíbula inferior
se pudo destapar los implantes.
Entonces tuve otra cita en la clínica, en la cual también estuvo el maestro en
prótesis. Entonces le dije inmediatamente: “para que este
claro: una dentadura de caballo no quiero tener.”
Pero la preocupación era innecesaria En la parte superior e inferior se realizaron
puentes fijos que estaban fijados a los implantes. El técnico lo había conseguido
perfectamente. Los dientes son todos algo diferentes, de tal manera que parecen
naturales y no una fila de dientes artificiales todos idénticos.
Tengo que confesar, las sesiones a la hora de implantar eran algo pesadas, pero
no me arrepiento de la decisión que tome.
El Dr. Bartels y su equipo me han apoyado mucho. Cuando notaban que era demasiado
esfuerzo, han hecho un pequeño descanso y siempre había alguien ahí que me
cogía la mano cuando estaba algo nerviosa.
Es un equipo de confianza, con una gran experiencia y controlando todos los
movimientos, que me han hecho el tratamiento más fácil.
Tengo ahora la sensación de tener
de nuevo dientes propios y cosecho en mi familia y amigos
alabos y admiración por mi bonita dentadura.
Además se ha efectuado un efecto secundario: No solo ha desaparecido mi mala
aliento, sino me encuentro más ágil.
Es impresionante como pueden ser una carga, tener las raíces dentales enfermas
y que influyan tanto en el resto del cuerpo.
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